CENTENARIO DE ALTO VERDE
Hacia 1905 comenzaban los trabajos de construcción del puerto de la ciudad de Santa fe. El lugar elegido: extremo Este de la ciudad. No tenía salida al Río Paraná ruta por el cual transitaban los barcos mercantes y cargueros. Esta situación motivó al gobierno de entonces a construir un canal de acceso, zona sur, que, a través del río Colastiné, permitiera la entrada de los barcos hasta el puerto.
Cuenta la historia que los trabajos se iniciaron a pala y carretilla hasta la llegada de una draga que reemplazó el trabajo humano. Todo el material de dragado se depositaba en la orilla Este del canal en construcción creando un terraplén de nueve metros de altura con respecto al nivel de las aguas y de diez kilómetros de largo. Acumulado el barro arenoso en la costa y mecido por el viento se fue formando una isla la que no tardó mucho tiempo en auto-forestarse dando una bellísima vista de verde pleno que contrastaba con la ciudad.
La memoria colectiva de los altoverdenses dice que un estibador del puerto con alma de poeta, al contemplar desde la costa oeste el florido terraplén elevado sobre las aguas, lo bautizó “Alto Verde”.
La gente, por lo general, se asienta donde tiene posibilidades de subsistencia y por aquellos años la construcción del puerto y luego su puesta en funcionamiento garantizaba, aunque duro y a veces bastante sacrificado, un trabajo duradero en el tiempo.
Es así que de a poco comenzaron a llegar contingentes de familias de distintas partes de Santa Fe, como así también, de pueblos de las vecinas provincias de Entre Ríos y Corrientes. De esta manera Alto Verde se convirtió en el espacio físico idóneo, por la cercanía al puerto, donde levantar sus viviendas. En una primera instancia, éstas fueron ranchos de barro achorizado y madera con techo de paja que se conseguía en la misma isla. Los terrenos adjudicados eran de importantes dimensiones donde había lugar para la huerta y la plantación de árboles frutales y cuando no para criar algunos animalitos como por ejemplo: gallinas, cerdos y alguna vaca.
Pero la isla era tan generosa que también podían realizarse tares vinculadas a la rivera como la caza y la pesca y vender en la ciudad el producto extraído del río.
Así se fue construyendo el prototipo altoverdense: hombre gaucho, solidario, de vino largo y de varios oficios según la ocasión y la necesidad. Horacio Guarany, cantor popular y poeta, criado en Alto Verde, en su libro titulado: “La creciente...Alto Verde querido”, recuerda a su amigo “Pancho” Díaz, que en una ocasión ante la requisitoria de un juez acerca de su oficio le contesto que era pescador, estibador del puerto, carpinchero, botero, nutriero, alambrador, calafateador de canoas, techador de paja, tejedor de redes y hasta carpintero y albañil según las circunstancias...”y no le digo que además soy payador porque a lo mejor lo toma como una falta de respeto, señor juez.”.
Veinte años habían pasado de su simbólica fundación coincidiendo con la apertura del puerto, (10 de septiembre de 1910) y ya se hablaba del pueblo “Alto Verde”. Tenía abastecimiento propio: almacén de ramos generales, carnicerías...y espacios para el esparcimiento: pista de baile, club de fútbol, canchas de cuadreras y reñideros de gallo.
Alto Verde es un pueblo largo y angosto: 10 kilómetros de Norte a Sur y apenas 100 y 200 metros de ancho, tiene una calle troncal y la urbanización se complementa con pequeñas callecitas- también llamados“callejones”- muy estrechas de uno o dos metros perpendiculares al camino central y todos desembocando en el río.
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En 1962 se construyó el primer puente sobre el riacho. Era de madera y palos, se lo denominó “puente palito” hasta su reemplazo en los años noventa por un puente moderno de cemento cuya denominación recuerda a los combatientes de las Islas Malvinas.
En la actualidad, en el año del centenario de Alto Verde, el bote taxi continúa en funciones, con el agregado de circuitos turísticos sobre ríos, arroyos y lagunas del lugar y la zona, verdaderas maravillas de la naturaleza.
Entre brazadas y canciones…
Grandes personalidades nacidas en Alto Verde se han destacados por siempre en la Isla y otros trascendiendo las fronteras del propio pueblo. Gente de trabajo calificado, dirigentes sociales, del campo de la cultura, el canto y el deporte entre otras actividades. Roberto Galarza, “Chocho” Mamaní, Demetrio Gómez, Ricardo Centurión, “Kivi”, Florencio Romero, Horacio Guarany.
Florencio Romero (mojarrita), nativo y vecino de Alto Verde hasta sus 30 años, fue un destacado deportista que, por amor al río, supo cargar sobre sus espaldas la responsabilidad de representar a su pueblo en competencias locales e internacionales de natación en aguas abiertas. Actualmente vive en la ciudad de Santa Tomé y tiene a su cargo una escuelita de natación para niños. Es además comentarista radial sobre este deporte acuático y experto en el comportamiento de los ríos de la zona. Ha guiado a importantes nadadores -nacionales y europeos- de los cuales varios han llegado gananciosos en la competencia más importante de la disciplina en la Argentina (Santa Fe – Coronda).
Heracleo Catalín Rodríguez, mas conocido como Horacio Guarany, nombre que lo llevó a la fama como cantor popular y poeta. No es nativo de Alto Verde aunque se canse diciendo que “uno es de donde quiere ser”; había nacido en un obraje del Chaco santafesino en tiempos de “La Forestal” y anotado en la localidad de “Las Garzas” en el norte de la provincia de Santa Fe.
A los cinco años de edad, disparando de la malaria junto a su madre y sus 12 hermanos, llegaron a Alto Verde en 1930 y se alojaron en la casa de la hermana de su madre que vivía allí desde hacía varios años. Trabajó en un almacén de ramos generales, aprendió a tocar la guitarra y solía escribir poemas dedicados a las muchachas del pueblo.
A los 17 años se marchó a Buenos Aires para volver mucho tiempo después ya consagrado en el campo de la música popular folclórica argentina y latinoamericana. Sus canciones son un canto al amor, al paisaje, a la belleza...nunca olvidando a su pueblo ni a su gente. Su pluma también se explayó sobre la libertad avasallada y los derechos humanos humillantemente violados en los años negros de nuestra historia política.