Un mar de fueguitos...

"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."

Eduardo Galeano
( El mundo , de "El libro de los abrazos")

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sábado, 27 de julio de 2013

La Criolla-
¿Te acuerdas del cine?
Néstor Alessio
                                      
La mayoría de los cines en los pueblos han cerrado irreversiblemente sus puertas. En algunos casos, remodeladas sus salas para dar lugar a nuevos emprendimientos; en otros, su demolición definitiva para adecuar el espacio a las novedades que plantea la urbanización pueblerina.

Es posible que, a modo de testimonio, algún pueblo haya intentado preservar la vieja sala de cine con el propósito de que las nuevas generaciones no olviden el pasado de  sus mayores.

Pero, en la mayoría de ellos, el cine es una cuestión del pasado. Un recuerdo sólo almacenado en el inconciente de viejos memoriosos.

Y son esos viejos memoriosos los que disponen de la alforja más preciada para rescatar del olvido lo que a veces poco importa recordar. En cada pueblo, en el que alguna vez funcionó una sala de cine, quedan las pistas de aquellos que pudieron disfrutar de su magia.

Ir al cine en un pueblo era mucho más que ir a ver una proyección cinematográfica que nos aproximara al mundo de la ficción. El cine era mucho más que eso. El cine, el espacio del cine, era un ámbito de sociabilidad fundamental. Un punto de encuentro en el que se forjaba una identidad común y lazos de pertenencia entre la gente del lugar y las familias de las colonias cercanas.

Lo que sigue, es una pequeña reseña del cine mi pueblo.

A mediados de la década de los años ’30 del siglo pasado, el cine sonoro pasaba a constituir una realidad en muchos pueblos del interior del país. La Criolla, no fue ajena a esas innovaciones.

Los primeros ensayos cinematográficos habían sido de cine mudo cuyas proyecciones se realizaban a cielo abierto en el patio de la casa de don Víctor Colauti. Apelando a la historia del cine de aquellos tiempos, me imagino las caras de los concurrentes disfrutando de las grandes proyecciones de Charles Chaplin: “El vagabundo”, “El Chico”, “Tiempos Modernos”; en el género de terror, “La novia de frankenstein”; “King Kong”; “El último malón”, proyección santafesina sobre el levantamiento indígena en tierras litoraleñas…

Recién a partir del año1940 el cine tuvo su sala cubierta. Don Nicolás Nitri, un inmigrante italiano llegado a estas tierras hacia 1900 y a quien se le atribuye ser el fundador del pueblo, inauguraba  por aquellos años la primera sala cubierta que denominó “Cine Florida”.

La sala no era muy grande pero estaba dotada de una muy buena acústica. El piso y el techo (cielo raso) eran de madera, la tela de pantalla (telón) cubría todo el ancho de la sala y al fondo de la misma había un altillo- también de madera- donde estaba el proyector. Tenía una capacidad de aproximadamente 300 localidades cubiertas totalmente con butacas (inicialmente sillas de madera plegadizas), lo que confería de muy buena comodidad a los espectadores. Se proyectaban dos películas semanales: los sábados y los domingos en horarios nocturnos.

El proyectista especializado era un vecino del pueblo: don Roberto Tión que había sido contratado por Don Nicolás. A Tión lo ayudaba el hijo del dueño, Buby, de aproximadamente diez años. Con el correr del tiempo, el niño ya hombre, aprendió el oficio y reemplazó a su maestro. Toda semejanza con la historia del film italiano “Cinema Paradiso” de Giuseppe Tornatore, es pura coincidencia.

A mediados de los años ’60, la muerte de Don Nicolás coloca al “Cine Florida” al borde del cierre, lo que va a ocurrir poco tiempo más adelante. Un señor de la vecina localidad de Gobernador Crespo, José Luís Acosta- cacha-, será el encargado de darle continuidad al viejo cine mutando su también vieja nominación por la de “Cine Mayo”, aunque respetando la misma tesitura de funcionamiento.

Atrás quedaba toda una época y con ella los grandes clásicos del cine que emocionó a tanta gente. Algún viejo memorioso recuerda  “Besos Brujos” con Libertad Lamarque; “Bartolo tenía una flauta” con Luís Sandrini; Las primeras películas de Isabel Sarli que el público masculino deleitaba desafiando algunos conceptos impúdicos de la época; Los cinco grandes del buen humor con los inolvidables Zelmar Gueñol, Juan Carlos Cambón, Guillermo Rico, Rafael Carret y Jorge Luz. Y la cartelera internacional con proyecciones como “Lo que el viento se llevó” con Clark Gable; “La diligencia” y “Rio Bravo” con Marion Robert Morrison más conocido como John Waine; “Marcelino pan y vino” una proyección española…

El cine Mayo incorporará a su programación una novedosa zaga de directores argentinos que en variedad musical vendían a los cantantes más populares de turno: Palito Ortega, Leo Dan, los inicios cinematográficos de Sandro; Leopoldo Torres Nilson y su Martin Fierro con Alfredo Alcon y gran elenco de primerísimas figuras de la pantalla grande. Las mismas se combinaban con proyecciones internacionales del tipo western en las que recuerdo a Randolph Scott como protagonista; de terror con “El canario tiene garras” y “El cadáver en el diván”; además de las de aventuras con el inolvidable señor de las mujeres más bellas y de los autos más caros: Jean Paul Belmondo y Alain Delon por quien las mujeres suspiraban en la platea.

A fines de esa década de los años sesenta, la televisión irrumpe masivamente en la zona colocando de nuevo en jaque al cine del pueblo. Lentamente pero sin pausa, el espacio aéreo sobre las casas del pueblo fue cambiando el paisaje, y decenas de torres de hierro estructurado entre 18 y 20 metros de altura sirvieron de sostén a las antenas requeridas necesariamente para el funcionamiento de los televisores. Los viejos hábitos, que habían convertido al cine en un espacio público casi obligatorio de encuentro semanal, perderán gradualmente relevancia ante las nuevas expectativas forjadas en torno a los novedosos aportes de la pantalla chica.

En 1970, el propietario del “Cine Mayo”, decide su venta y emigra con su familia hacia la ciudad. El pueblo se queda otra vez sin su cine.

Hubieron de pasar varios años hasta que el cine llegara nuevamente al pueblo. Ahora de la mano de un descendiente de inmigrantes otomanos, Jacinto Asad, hijo de un encantador de serpientes de circo, que desde 1965 deambulaba con su cine rodante.

El “turco” –como le decían a don Jacinto- llegaba al pueblo muy temprano y con su propaladora recorría las calles del pueblo anunciando las películas a proyectar.

La Criolla volvía a tener cine. No será el cine que las generaciones más viejas habían conocido. Los espectadores serán jóvenes que no habían vivido los años dorados de las primeras proyecciones cinematográficas en el pueblo. No obstante las funciones serán a sala llena confirmando no sólo el encanto mágico que aportaba el cine en si mismo sino también la necesidad de trascender el hecho cinematográfico al transformar al propio cine en un espacio de encuentro que forjará y potenciará lazos de pertenencia entre sus concurrentes.

Las proyecciones más taquilleras del momento pertenecían a la zaga de los hermanos Sofovich, con comedias pasajeras en las cuales se destacaban  Jorge Porcel y Alberto Olmedo rodeados de las más vistosas vedettes y modelos del momento que se mostraban muy ligeras de ropas.

La cartelera del cine del “turco” estaba cargada de este género de películas que convocaban a cientos de miles de jóvenes en todo el país, y por consiguiente, en cada uno de los pueblos que disponían de una sala cinematográfica, entre ellos, La Criolla

- ¿Escucharon al turco?..., esta noche da una prohibida le dijo de pasada Miguel a Luís y a Raúl.  ¡Nos vemos en la esquina a las ocho y entramos todos juntos..!.

La esquina seguía siendo la vieja sala del cine Florida de don Nicolás Nitri y del cine Mayo de José Luís Acosta.

Y si hablamos del cine del turco como no recordar al “negro” Ledesma que era el contraseñero. “Tiquila”, mote al que también respondía Ledesma, esperaba al turco para que abriera la sala, y mientras recorría las calles del pueblo con su propaladora, limpiaba y acomodaba las butacas. Luego, a un costado de la boletería, se acomodaba para recibir los tiket de entrada…

Hacia fines de 1977 los problemas de salud que aquejaban a Don Jacinto lo alejaron progresivamente de la profesión que, según su esposa, había abrazado por más de 40 años por decenas de pueblos y colonias de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. La Criolla nuevamente vuelve a quedar sin cine (aunque no de manera definitiva) y, en ese tiempo, recibe el peor golpe de su historia: la demolición del histórico edificio de su sala que entre 1940 a 1978 disfrutaron distintas generaciones de criollences.

Una nueva experiencia de cine llega al pueblo. Y será un hijo del pueblo quien tome la posta: Roberto Tión (tito), hijo del proyectista del cine Florida. La nueva sala se instala en el interior del viejo edificio de la recordada tienda “La Morocha”. La inauguración se realizó el 19 de agosto de 1978 y la proyección central de ese primer sábado nocturno del nuevo cine fue “La fiesta inolvidable”, con el genial actor francés Petter Seller.

Pero la vida de este cine conocido en el pueblo como “el cine de tito” estaba destinado a una nueva frustración. Ahora sí el cierre del cine de La Criolla será definitivo.

Nota:

Homenaje: a “Buby” Nitri (“… el hijo del dueño…”) quien me contó la historia del Cine Florida.

Agradecimiento: a la señora Deolinda Lazzaroni, esposa de Don Jacinto Asad por los datos históricos que muy amablemente me brindó del cine ambulante de su esposo.

Ambos en programa ¿Escuchan… en el fondo? LT10 Radio Universidad Nacional del Litoral

A José Luís Acosta (Cacha) por su valioso aporte histórico  en el recuerdo del cine Mayo.

A tito Tión, propietario del último cine de La Criolla

Se puede reproducir el texto en forma parcial o completa siempre citando la fuente.

 Hasta la próxima....
 

martes, 16 de julio de 2013


EN BUSCA DE LOS PRIMEROS AÑOS


(La Criolla- ex estación Cañadita)

Hacia el 1900 mi pueblo solo era una estancia. Tenía una estación ferroviaria de altos, un centenar de habitantes, y un horizonte que se percibía transparente y en el cual todo estaba por hacerse. Hasta aquí llegaron nuestros jóvenes abuelos luego de atravesar el ancho mar en dirección al poniente. No escaseaba, en sus alforjas, el acopio de sueños que imaginaban realizar a fuerza de voluntad y de trabajo. Fueron ellos los que alteraron el agreste paisaje que le dio la bienvenida, y sobre el cual forjaron los primeros surcos que le dieron sentido a la nada esbozando las primeras páginas de su historia.

Muchos años han pasado. Sin embargo, las huellas de antaño perviven en la memoria de los que decidieron no irse y en la de aquellos que, aun no estando, atestiguan la existencia de viejos fantasmas que conceden un halo de inocente credulidad a vivencias inverosímiles que cobran entidad de tanto repetirse.

Esos viejos fantasmas siempre vuelven a mi mente y me intiman a desandar el camino en busca de mis orígenes. Y aquí estoy, como tantas otras veces, deambulando, a través del recuerdo, las calles de mi pueblo, tratando de recuperar del olvido algún archivo de memoria que me permita leer con añejas claves los mismos y renovados lugares por lo que alguna vez transité siendo niño y adolescente.

Nada está como era entonces.

Las calles y las esquinas ya no son lo que eran.

Tampoco se percibe el aroma a tierra mojada que el camión regador dejaba a su paso.

La vieja y añorada casona materna parece haber ido admitiendo tristes permutas en su fachada, y ese mismo sol pareciera evocar aquellas siestas, de veredas y bolitas, que potenciaban el malhumor del agente Barontini.

La plaza se llevó la canchita de fútbol forjada a fuerza de entusiasmo en terreno ferroviario, sus arcos de cañaveral y de hilo trenzado sirviendo de travesaño, zanjas hechas a pala que delimitaban su perímetro como si fueran líneas de cal, la pulpo de goma, los botines sacachispas y la añorada pelota de cuero, adquirida a fuerza de suministrar sabandijas al húngaro aquel que hacía de la chatarra su oficio.

A la historia le pregunto: ¿A qué parte del cielo habrá llevado su surtidor de combustible manual don Genaro Marelli? ¿En qué caminos relegados andará variando su caballo don Silvio? ¿Por qué Demetrio no abre mas su talabartería? ¿y don Nicolás Lujan no ronda más las calles de puro comisario?.

¿Qué fue de la primera sala cubierta del cine Florida? El de los Nitri. Ese mismo que reemplazó al cine mudo y a cielo abierto en el patio de la casa de don Víctor Colauti. El que años después se renovó bajo el nuevo impulso de un vecino venido de Gobernador Crespo: el “Cacha” Acosta y su imperecedero cine “Mayo”.

¡Cómo borrar de la memoria la avenida de tres cuadras paralela a las vías del ferrocarril!

Símbolo y referente de quienes habitaron el pueblo hace no tanto. Transito obligado de estudiantes y estibadores, de catangos y bolicheros, de abuelos y de niños, que deambularon su senda cercada de plátamos y glorietas. .

Un día decidieron darle de baja con el trillado fundamento de dar paso a lo nuevo remodelando lo que otro día descubrieron que era demasiado viejo.

Al frente oeste de la avenida se recuestan melancólicamente las viejas tiendas y los almacenes de ramos generales. Entre telas y carretes diviso la silueta de don Santiago Costamagna desplazarse suavemente detrás de los lungos mostradores. A su flanco izquierdo, don Santos Baroni hace más cálido su frío almacén obsequiando la “yapa” a los pequeños clientes. En la misma vereda don Genero recorre las mesas de su bar con el canturreo de siempre y de vaya saber que música de su vieja Italia.

En la otra esquina, el boliche del “gallego” Sánchez – mi abuelo- (que no era gallego porque había nacido en la provincia de Zamora, en Castilla La Vieja y León y vaya si se encargaba de aclararlo), allí concurrían los estibadores de los galpones del ferrocarril luego de cobrar el jornal camino de regreso a sus casas.

La tienda de Ramón Martínez que un día se incendió y quedó solo para el recuerdo como la casa quemada. La fonda “Las Colonias” de don Pedro Cellino, el taller mecánico del siempre recordado Pedrito Lasso, el viejo correo en el extremo sur del pueblo, y, más allá de sus fronteras, el campito de Pablo Bournissent, ya camino del Pantanoso.

De norte a sur –por la calle céntrica- la peluquería de “guecho” se recorta en el recuerdo. Su destreza con la tijera había inducido a los chicos de aquel entonces a definirlo “el carpintero” porque con el corte, decían, “te hacia escaleras en la testa”. En el extremo sur de la misma vereda se distingue el almacén de los Hnos. Guardatti, cruzando la calle la carnicería de pocho, y hacia el este por la calle trasversal, el legendario kiosco de diarios y revistas de Lito.

En el centro del pueblo “El Bochazo”, media cuadra al sur la comisaría nueva y, al costado oeste de la misma, la clásica tienda Quetglas con la atención de la recordada “tía” Caty y la presencia de la siempre linda Martita.

El carro de don Serafín tirado por un caballo, tan viejo como él, transita parsimoniosamente las calles vendiendo sus verduras. Don Serafín, un ruso andrajoso con apellido italiano, escapado de un campo de concentración alemán en la segunda guerra mundial, un día se bajó de un tren carguero para no irse nunca más. Y ahí nomás, muy cerca de su rancho sin nada, el renguito Romero, sobrevive su infortunio vendiendo carbón y arreglando pelotas de cuero.

Hacia el oeste del pueblo, la tienda de don Pedro Marelli es sólo un punto difuso y desconocido en el entramado de calles que representan los planos. Tampoco boliche “El Tropezón” del gordo Biassin adquiere visibilidad para quienes transitamos las calles buscando recuerdos, ni la fábrica de ladrillos de los hermanos Fur, ni Gladis “la totona” Quiroz endereza su volanta por la senda de tierra que tempranamente recorría vendiendo leche recién ordeñada.

Sólo el camino hacia colonia La Blanca parece petrificado por el tiempo y la quietud de su curso lo vuelve reconocible e identificable.

La armonía de mi recorrido ahora me sitúa en la vereda de la casa de mi abuelo. Desde allí observo a don Santiago Ravelli, esmerándose para que su huerta no sufra el peloteo de niños insolentes que juegan al fútbol en sus cercanías; hacia el norte se divisa el popular bar-confitería bailable “Lilalo” de Pililo; el no menos populoso “lulo”, el cartero que no llamaba dos veces; el “capataz” Scotta y Atilio Dodorico, dos camioneros con historia; “el chulo” Ríos y “el blanco” Brasca, personajes con uniforme; Ramón, “el moncho” Sodero, el “mono” Villafagne; “pastichoti” Contreras; el linyera Chaura; y los dos últimos jefes de la recordada estación “Cañadita”: don Enzo Toressani y el “crestón” Sánchez.

Y el negro pelé que nunca se fue, amigo de viajes en jardinera y compañero de gloriosas tardes de fútbol en el equipo del inolvidable y tristemente desaparecido Club Sportivo.

Del otro lado de las vías (así llamaban a la zona Este del pueblo), el recuerdo para la herrería del gallego Álvarez; el corralón de “pirucho” Sánchez, el almacén y bar de Serena y Justo Redondo; el barrio el carquejal, asentamiento de la comunidad Mocoví detrás de la antigua Escuela Nacional Nº 5, y sobre la Ruta 11, bar y despensa “monizu” de Orfilio Paruzzo, una especie de aduana en el ingreso este del pueblo e insalvable destino de viajeros y encomiendas.

Y me detengo aquí, aunque las imágenes se apiñen y resistan la clausura que le impone mi conciencia. Es tarde ya, y mis recuerdos están varados en la ruta 11. La misma ruta que alejó a tantos y la que siempre me regresa. Pienso en mi pueblo que seguirá siendo mi pueblo y La Criolla que seguirá siendo Cañadita (1), un punto imperceptible en el mapa y del que amontono cientos de imágenes y vivencias que compendian más de 120 años de existencia.

(1) Cañadita: denominación de la ex estación ferroviaria.

Autor: Néstor Alessio
“Historias de Pueblos Olvidados”
Historia editada en el libro “INSTANTANEAS… Santa Fe contada por sus habitantes”, Publicaciones de la U.N.L.

viernes, 22 de febrero de 2013

¿Pesca Fluvial o Minería Ictícola?



AGUAFUERTES AMBIENTALES
 PESCA FLUVIAL O MINERÍA ICTÍCOLA?
 
               Seguramente se preguntará qué quiero significar con la disyuntiva del presente título.
               Para su comprensión daré una aproximación a ambos conceptos, uno real y otro producto de mi imaginación.
               La pesca fluvial se ha caracterizado a lo largo del tiempo, por ser artesanal, con escaso desarrollo tecnológico, sustentable, dedicada fundamentalmente al consumo ribereño y casi nunca para la exportación; por su parte, la minería es una actividad productiva consistente en la extracción de grandes volúmenes de recursos del ambiente (suelo), siguiendo la veta o el yacimiento hasta su total agotamiento o extinción.
               En nuestra región la pesca fluvial, producto de la presión comercial de unos pocos frigoríficos y la tolerancia oficial, ha devenido en una suerte de minería ictícola, que ha hecho de los peces, su veta o yacimiento, que año a año van agotando, tanto en el número, como el tamaño de sus individuos, hasta llegar a su completa extinción.
               Los Estados provinciales se han mostrado impotentes para salvaguardar las distintas especies, ya sea porque no saben, no pueden o no quieren.
               Permanentemente apelan para justificar su incapacidad o inacción a supuestos estudios, evaluaciones, proyectos, mesas de diálogo y demás artilugios que en ningún caso demuestran efectividad para detener lo que se ha constituido en la “crónica de una muerte anunciada”.
La merma de especies, pone en serio riesgo otras actividades productivas, generadoras de miles de puestos de trabajos y rentabilidad a las economías ribereñas, como lo son: el turismo de pesca o de naturaleza, la inversión en cabañas, hoteles y guarderías náuticas  a la vera del Paraná y de todos nuestros cursos de agua.
               Para colmo, las miles de toneladas que salen de nuestros ríos, producto de esta depredación, tampoco han servido para elevar la calidad y condición de vida de los pescadores, que por otra parte, deben ser subsidiados temporalmente cada vez más, con recursos de todos, los que se transformarán en permanentes una vez que la catástrofe su produzca.
Escuchar, “no sale nada o no hay pique”, es común en boca de todos aquellos que dedican por gusto, esparcimiento o comercio de subsistencia a la saludable actividad de la pesca.
Qué pasó para que en unos pocos años, nuestros cursos de agua se hayan transformado en desiertos húmedos, donde la vida es casi imposible y su riqueza ha desaparecido.
La pesca irracional e insustentable, agravada con el uso de sonar, mallas de arrastre y barcos factorías, tienen una tasa de captura y extracción que supera holgadamente a la tasa de reproducción natural y de allí, sus resultados.
Si los peces son un recurso que es patrimonio de todos, cómo pueden ser objeto de apropiación exclusiva por unos pocos, en desmedro de muchos?
Por qué las provincias aceptan linealmente los cupos exportables establecidos por la Nación, cuando la Constitución Nacional expresamente en el artículo 124, dice: “Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”.
Los peces son recursos naturales y por tanto son del Estado, no de su gobierno o de las empresas, sino de todos.
Como agravante, todos los proyectos e iniciativas propuestas, como: vedas, controles, aumento de las aberturas de las mallas y del tamaño de las piezas de las especies, subsidios y toda una serie de proyectos inimaginables no han dado ningún resultado satisfactorio.
Menos serias, han sido las promesas de inversiones millonarias y las ofertas de los frigoríficos de establecer criaderos de peces tendientes al repoblamiento del río, los cuales, nunca se han cumplido, ni exigidos por el Estado.
No desconozco que los intereses son tremendos y las redes de complicidades están a la medida de los mismos, de otra manera no se explica que ocurran estas cosas.
¿Qué pasará cuando el último pez se haya extinguido? ¿Cómo explicaremos a las generaciones futuras nuestra actitud omisa y nuestro silencio frente a estos hechos?
 
Ricardo Luis Mascheroni
Docente – Santa Fe

sábado, 24 de noviembre de 2012

VERA Y PINTADO (Fives Lille)



Vera y Pintado, otrora Fives Lille, es un pueblo que, como tantos otros de la Argentina, nació gracias a la construcción del ferrocarril. Geográficamente está ubicado a 174 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, cabecera de la provincia del mismo nombre y se arriba a esta localidad haciendo ese recorrido por RN11 en dirección Norte.

En el año 1889 se libra al servicio publico el tramo desde Marcelino Escalada hasta Calchaquí de la línea Santa Fe- Reconquista- Resistencia del antiguo ferrocarril Santa Fe, luego, y hasta su desaparición total, ferrocarril General Belgrano. En ese kilómetro 174, se designa una parada con el nombre de "Fives Lille" que era la razón social de la compañía de origen francés de la concesionaria de dicho ferrocarril. Mas adelante dicha estación de denominará “Guaraníes”, nombre que hace mención a una familia aborigen que habitaba esas tierras antes de la llegada de los conquistadores españoles.

Es en el año 1891 cuando, los Hnos. Cabal- entre ellos, Mariano, ex gobernador de la provincia, envían a construir la estación ferroviaria, se da por fundado el pueblo.

(De todas maneras, había gente que para esa fecha ya vivía en esos lugares. La memoria colectiva dice que entre los años 1883 y 1894, un señor italiano de apellido Cattaneo de profesión “curtidor” fue quien descubrió el tanino como método para el curtido de los cueros. Un descubrimiento verdaderamente revolucionario para los tiempos ya que con la sustancia roja se ahorraba mas del 50% del tiempo que se necesitaba para la terminación de los cueros con la metodología anterior.
En esos años, existía en la zona una importante explotación forestal y ya se vislumbraba una incipiente producción agrícola que años mas tarde será fundamental para la fundación de las colonias que serán ocupadas por de cientos de miles de inmigrantes europeos, mayoritariamente italianos y españoles).

Y fue así que en torno a la estación del ferrocarril se construyó un micro urbanismo que de a poco fue dando forma al pueblo. Hacia 1947, año del primer censo provincial con comuna propia (su comuna se constituyó el 20 de septiembre de 1946 y hasta esa fecha pertenecía al distrito La Criolla con cabecera 9 kilómetros al norte), Fives Lille tenía un total de 667 habitantes; 366 varones y 301 mujeres.
Cabe acotar que desde la constitución de la comuna pasa a pertenecer a su jurisdicción la colonia denominada “La Negra”, ubicada a 13 kilómetros al Oeste.

El 9 de agosto 1951, el pueblo vivió una transformación importante desde el punto de vista político administrativo: por Ley provincial Nº 4.002 se reemplaza a la primitiva denominación “Fives Lille” por “Vera y Pintado”. Este nombre que hace alusión al Dr. Bernardo de Vera y Pintado, ciudadano nacido en Santa Fe y chileno por adopción, fue el autor de las primeras estrofas del himno del país trasandino y colaboró con la Revolución de Mayo representando al gobierno patrio desde Chile. 

En el último censo provincial realizado en al año 2001, Vera y Pintado, cuenta con un total de 1229 habitantes; 646 varones y 583 mujeres. 1028 habitantes en la zona urbana y 201 en la zona rural.

Referencias: fuentes consultadas: “Análisis Integral de la Provincia de Santa Fe”, 1986; “Archivo General de la Provincia”.

martes, 23 de octubre de 2012

RINCÓN DL QUEBRACHO... Dep. San Cristobal

La construcción del ferrocarril ha sido un factor muy importante para la creación de muchos pueblos en la provincia de Santa Fe. En torno a éstos se levantaban pequeños asentamientos que con el tiempo dieron lugar a la fundación de florecientes pueblos que fueron alcanzando un importante desarrollo socio económico transformándose, en varios casos, en ciudades importantes en el interior de la provincia.


No es este el caso de “Rincón del Quebracho” pero que por no ser igual no fue menos importante para el desarrollo de gran parte de la región. Rincón del Quebracho fue un apeadero del ferrocarril General Belgrano en la línea Santa Fe- Tucumán que luego se extendió hasta La Quiaca.

Rincón del Quebracho se sitúa a una distancia de 111 kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe y a 11 kilómetros al oeste de San Justo al cual se llaga con solo atravesar el Río Salado.

Tristemente debemos hablar en pasado porque a partir de la política privatizadora del entonces gobierno argentino de los años noventa, estos lugares como tantos fundamentalmente del norte del país, quedaron totalmente aislados ya que el único medio de transporte que los unía era el ferrocarril.

Rincón del Quebracho fue un paso obligatorio del mencionado ferrocarril… Contaba con una vía principal, una auxiliar y una tercera para estacionamiento de vagones de carga los cuales se enganchaban en convoyes para el traslado de la cosecha a los puertos más importantes.

Había un jefe de estación y un auxiliar de apellido Rivadero que era el que mas tiempo pasaba en la estación ya que vivía en el propio lugar con toda su familia. Había por aquellos años una escuela primaria donde asistían chicos provenientes del campo ya que también era una importante zona de producción agrícola. La escuela contaba con solo dos aulas y un maestro que hacía también de director y portero, como sucede en las escuelas rurales.

Hoy este lugar se lo sigue llamando con la misma denominación aunque el objeto por el cual nació ya no existe. Las vías están desiertas con un marcado e importante grado de deterioro y abandono, aunque todavía cada tanto pasa algún tren carguero rumbo al norte del país.

”Ya no se oyen las locomotoras ni los convoyes transitar este recorrido”...nos decía Sergio, hijo del recordado auxiliar de la estación, hoy radicado en Santa Fe. “Estos ruidos que me despertaban a la mañana como la campanilla del tren papero ya no están pero siguen repicando en mis oídos como los recuerdos más lindos de una vida que indefectiblemente sigue su curso” remataba la entrevista Sergio Rivadero.


Tren papero: transportaba mercadería perecedera hacia el norte del país.



miércoles, 5 de septiembre de 2012

REFORMA AL CODIGO CIVIL.

REFORMA AL CÓDIGO CIVIL


"LA GENERACIÓN FRANKENSTEIN ESTÁ EN MARCHA"

EstimadoS amigoS, cuando la verdad se sacrifica en el altar de lo políticamente correcto, estamos en serios problemas.

Por el Título V, del proyecto de modificación del Código Civil en tratamiento en el Congreso Nacional y a lo largo de sus distintos capítulos, se intenta introducir una serie de cambios en relación a la filiación de las “personas humanas”.

Los autores de la reforma, en los fundamentos del proyecto, expresamente dicen que: “El Título de la filiación contiene grandes modificaciones. El Anteproyecto sigue de cerca diferentes principios constitucionales y de los tratados internacionales de derechos humanos incorporados que impactan de manera directa en el derecho filial, tales como: 1) el principio del interés superior del niño (artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño y artículo 3 de la ley 26.061); 2) el principio de igualdad de todos los hijos, matrimoniales como extramatrimoniales; 3) el derecho a la identidad y, en consecuencia, a la inmediata inscripción (arts. 7 y 8 de la Convención sobre los Derechos del Niño y artículo 11 de la ley 26.061); 4) la mayor facilidad y celeridad en la determinación legal de la filiación; 5) el acceso e importancia de la prueba genética como modo de alcanzar la verdad biológica; 6) la regla según la cual corresponde reparar el daño injusto al derecho a la identidad del hijo; 7) el derecho a gozar de los beneficios del progreso científico y su aplicación y 8) el derecho a fundar una familia y a no ser discriminado en el acceso a ella.”

Sin perjuicio de coincidir con el espíritu reseñado, debemos analizar en qué consisten esas modificaciones, aclarando que no necesariamente las innovaciones, constituyen avances o mejorías positivas a lo vigente y que genera una serie de dudas que abren un gran signo de interrogación sobre la conveniencia de las mismas.

“No siempre el progreso de la ciencia y de la técnica ha implicado que se puedan controlar los resultados de esos mismos descubrimientos. Y menos aún que esos descubrimientos hayan sido acompañados por un mejoramiento de las condiciones de vida civilizadas o éticas”. (1)

En los fundamentos se afirma especialmente, que el proyecto tiene en cuenta el principio del interés superior del niño (art. 3º Convención de los Der. del Niño) y el derecho a la identidad de los mismos (Art. 8º.1. C.D.N).

Pese a esta afirmación, no se alcanza a comprender en los casos de procreación por técnicas de reproducción humana asistida, con gametos masculinos y femeninos que no pertenecen a los padres, como se conjuga el respeto a esos derechos, cuando lo cierto que el niño así concebido no tiene derecho a su propia identidad, ni a la verdad biológica, ya que la propuesta lo niega, salvo en los pocos casos especiales, expresamente contemplados en la norma.

Lo contundente, es que a esos niños a priori, se les niega su legítimo y superior derecho a la identidad, permitiendo que la sola y egoísta “voluntad procreacional” justifique estas violaciones al derecho de los niños.

Aquí, como en el imperio romano aparece de la mano de esa voluntad, el paterfamilias, amo absoluto de su casa, que a contrario sensu del derecho ius exponendi de la potestas patria, consistente en sacar de su hogar al hijo (ex pósitus: puesto afuera) no deseado, puede traer a la casa (in pósitus: poner adentro), el deseado, de cualquier forma.

En igual sentido podemos interrogarnos, qué derechos se están protegiendo, cuando alrededor de la gestación de ese niño, pueden interactuar y manipularlo una legión de personas, que además de médicos, técnicos, bioquímicos, terapistas, encargados de laboratorios, de bancos de semen y óvulos, etc., se podría dar el caso de que los “padres comitentes” sean estériles y por tanto deban conseguir un donante de gametos masculinos y uno de gametos femeninos para la producción del embrión, para posteriormente implantarse el mismo en el útero de una madre gestadora, que pasado el término de embarazo, lo entregue a los comitentes (padres legales).

En este camino, no es caprichosa ni ilógica la comparación con el famoso relato “Frankenstein”, en el que, el físico Víctor Frankenstein, busca crear vida y sin medir las consecuencias que esto traerá aparejado, crea un nuevo ser con partes de otros seres humanos. El resultado es monstruoso, y a partir de su logro se inicia una confrontación llevada hasta su extremo, impregnada de un fuerte cuestionamiento filosófico y moral del monstruo contra su creador, con consecuencias trágicas.

Vemos que como en el caso de Frankenstein, se ha tomado para engendrar a un niño, una porción de distintas personas, que no son sus padres biológicos.

Qué pasaría si como sostienen algunos expertos, primero el embrión y luego el feto hasta el nacimiento, internalizan todo esa manipulación y las rupturas biológicas, físicas, sensitivas y afectivas?

Cuáles serían las consecuencias y patologías de los efectos de un posible estrés postraumático y quién o quiénes se harían cargo de todas esas pérdidas y cuáles podrían ser las repercusiones sobre las familias y toda la sociedad en el futuro, como se afirma que ya estaría pasando en algunos países.

Quizás esos niños terminen reclamando a sus progenitores, como el monstruo al final del relato: “Para qué me creaste”.

Otro de los supuestos avances proyectados, que no entendemos y no aceptamos como racional, es el dudoso caso de la fecundación post-mortem, disposición que a partir de su entrada en vigencia y como gran logro e innovación permitiría el nacimiento de chicos huérfanos de antemano. Insisto por estas disposiciones, la ley autoriza a engendrar huérfanos.

Alguien podrá alegar que en la sociedad hay niños en dicha condición, lo cual es verdad, por ello la norma trata de corregir estas anomalías con la figura de la adopción, nunca prohijando esos nacimientos.

Para los pocos casos contemplados por la reforma, en que se habilite el levantamiento del anonimato del donante, qué repercusiones o impactos tendrán estas nuevas situaciones en la vida social, afectiva, sentimental y familiar de “padres y hermanos biológicos”.

Los seres humanos como miembros del reino animal, tenemos límites físicos y biológicos para la procreación, tenemos nuestro tiempo, pasado el mismo, declina nuestra capacidad reproductiva, por lo que la reforma permitirá a padres octogenarios o entrados en la ancianidad, en ejercicio de la voluntad procreacional, tener hijos más allá de esos límites, en momentos en que ni la fuerza, el ánimo o las capacidades volitivas están en su plenitud, con la carga que ello generará en los hijos, expuestos en pocos años a quedar huérfanos.

Vale la pena que nos preguntemos qué sentido tienen estas medidas, ser innovadores, vanguardistas, progresistas?

Parafraseando el famoso lema :"Quod natura non dat, Salmantica non praestat" ("Lo que la natura no da, Salamanca no presta"), e invirtiendo su sentido, estamos en condiciones de afirmar, que lo que la genética ha negado, el derecho lo presta, subvirtiendo las reglas naturales.

En este supuesto no estamos en presencia de defectos que la medicina podría corregir, sino que directamente se actúa contra natura.

Una persona humana del sexo masculino de característica misógina, podría con el nuevo régimen filiatorio engendrar hijos? Cómo sería el trato con aquellas nacidas de sexo femenino?

Una persona de fortuna, podría ser comitente de la procreación de varios hijos a la vez?, cuántos, 5, 6, 10, 100?

Si se conciben al mismo tiempo y se programan los partos por cesárea en la misma fecha y hora, que serían esos hermanos: quintillizos, sextillizos, decallizos, centillizos?

Si la causa fin de esa voluntad procreacional y el acto consecuente, no es el amor filiar o la perpetuación de la familia, sino contar con un equipo de deportes o mano de obra para sus actividades, se podrá anular el negocio jurídico por causa inmoral, falsa causa o contraria a la buenas costumbres?

Si un moderno Alí Babá quisiera tener a sus 40 ladrones, por qué no gestarlos? Sería ilícita la causa del convenio con las madres sustitutas, se podrían anular esos negocios?

Muchos sin dudas afirmarán que estas prácticas ya se producen en la actualidad al margen del régimen jurídico, lo que es verdad, pero muchas otras cosas ocurren en la realidad y no por ello el derecho debe contemplarlas.

Estos pocos ejemplos abren todo un panorama hacia hipótesis cada vez más locas y disparatadas, que deberían indicar a un legislador prudente y responsable la inconveniencia de estas reformas.

Otros interrogantes sobre los convenios con las madres gestantes, se relacionan con la posibilidad de anulación o rescisión de los mismos.

Que pasa si la madre gestante demuestra que actuó bajo estado de necesidad, pese a la buena fe de los comitentes, procede la anulación del acto?

Supongamos que la gestante por un obrar doloso o culposo incumplió lo convenido con los padres y contrajo una enfermedad grave, transmisible a la persona por nacer, podrán los padres rescindir el acuerdo, reclamar daños y perjuicios, negarse a aceptar el hijo?

Cómo se materializaría o garantizaría la reparación del daño injusto al derecho a la identidad del hijo, sino se le permite iniciar las acciones correspondientes para develar la verdad biológica.

En el CAPÍTULO 3 Derechos y actos personalísimos de la reforma, se garantiza a la persona humana la inviolabilidad de su propio cuerpo y el consentimiento informado para las prácticas médicas, parecería ser que esos derechos son sustituidos por la voluntad procreacional.

En consecuencia esa autonomía de la voluntad, expresada en la forma más egoísta y absoluta de querer tener un hijo, llevaría a que se derriben todos los muros y se traspasen todos los límites.

No es casual que normas similares sólo existan en muy pocos países del mundo, algunos de los cuales la han tomado como una “verdadera industria” para la captación de recursos, producto de su precaria situación económica.

Pienso que esta reforma, está más pensada en criterios extranjerizantes propios de otras realidades, que en resolver problemas reales del país y que podrían entenderse en países que tienen tasas de crecimiento negativo, con sectores de alta capacidad económica.

Por otra parte, tiende a dar respuesta a una nueva modalidad que se estaría incrementando en los mismos, consistente en concebir hijos después de haberse acogido y gozado de los beneficios jubilatorios correspondientes, lo que coincide con una etapa de la vida en que la capacidad reproductiva ha declinado.

No es ajeno a criterios mercantilistas, auspiciados por empresas de servicios, entre ellos los pools turísticos, que primero organizaron tour para solos y solas, después para gay, luego el turismo para matrimonios igualitarios y su consecuencia lógica, el reproductivo, a los que no son ajenos los grandes complejos y clínicas de genética reproductiva.

Sin perjuicio de poder ahondar en muchos otros interrogantes, entiendo que la reforma en este aspecto, si bien constituye una innovación de magnitud, no aporta mucho en el mejoramiento de la dignidad humana y es de dudosa constitucionalidad, pero esto poco importa cuando se tienen los números para imponerla.



Ricardo Mascheroni

Docente UNL - Santa Fe

Ref: (1) Halperín, Jorge, entrevistas, Altamirano, Carlos, “El progresismo argentino” Historia y actualidad, Le Monde diplomatique, Edit. Capital Intelectual, 2006, Buenos Aires.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Colonia Dolores...

En este contexto, entre 1867 y 1870, los padres franciscanos Gerónimo Marchetti y Bernardo Arana, con el cacique Mariano Salteño y unas 60 familias, fundaron la misión de Nuestra Señora de los Dolores en terrenos denominados Cantón San Martín otrora Fortín Cayastá Viejo. (1)


Así es como en 1890 son trasladados al nuevo lugar las escasas familias indígenas que aún quedaban en la antigua colonia. (2)

Así nació lo que hoy se conoce como Colonia Dolores.

Mediados del siglo 19, tiempos de reducciones aborígenes… En este contexto, entre 1867 y 1870, los padres franciscanos Gerónimo Marchetti y Bernardo Arana, con el cacique Mariano Salteño y unas 60 familias, fundaron la misión de Nuestra Señora de los Dolores. Con muchas necesidades y ya despojados de sus tierras, a duras penas los indígenas sobrevivieron allí.

Hoy Colonia Dolores cuanta con un millar de habitantes siendo el 95 %, directa o indirectamente, descendiente de mocovíes. En 1984 se fundó la comuna convirtiéndose en el primer municipio indígena de la provincia de Santa Fe.

El santo patrono del pueblo es Santo Cristo, pero Santa Rosa de Lima forma parte muy importante de la comunidad, en cuanto a la historia legada de sus antepasados originarios.

Cuenta la historia (contada por los franciscanos) que entre los últimos 15 días del mes de agosto y los primeros de septiembre de cada año, los indígenas reducidos anunciaban, con ritos y todo tipo de ceremonias originales, el arribo de un nuevo tiempo anual que traía consigo la vida y la transformación de la naturaleza…

Los franciscanos que en un primer momento no entendían nada de lo que pasaba, tomaron una fecha religiosa cercana a estos días como para referenciar dicho anuncio: el 30 de agosto Santa Rosa de Lima. Hoy conocido como año nuevo mocoví.

Todos los años para esta fecha, los mocovies de Colonia Dolores, se convocan para festejar el año nuevo de la comunidad.

En la misma, se efectúan diversos actos: misa en la capilla Santo Cristo; peregrinación hasta el predio donde se realizan los distintos actos preparados por la comunidad: saludos a los 4 vientos; al sol; al agua, la tierra… finalizando con el recitado del himno mocovi.

Tierra: la base del sustento

Viento: es el que lleva la enseñanza a todas las nuevas generaciones.

Agua: desde allí se sacan los peces y se bebe el liquido elemento vital

Sol: la vida

Himno mocovi: letra de Cesar Coria y voz de Don Alfredo Salteño, chaman y “jefe” del Consejo de Ancianos de la comunidad.

Final con audio grabado en origen: recitado del Himno Mocovi.