El Telégrafo Aliado del Ferrocarril
Samuel Finley Breese Morse, el inventor del telégrafo, jamás hubiera imaginado que su sistema de comunicación que fuera creado en aquel distante 1832, habría de perdurar hasta casi nuestros días. Hoy, los últimos adelantos en la materia lo fueron reemplazando, primero paulatinamente y luego en forma vertiginosa hasta arribar a la alta tecnología que todos conocemos. Este sistema denominado Código Morse o Alfabeto Morse reproduce letras y números mediante signos transmitidos de manera discontinua. Utilizado también en radiotelegrafía, recorrió con su sonar seco y contundente toda la esfera terrestre, constituyéndose por aquellos tiempos en el medio más moderno de intercomunicación de pueblos y antecesor del teléfono. Fue la herramienta fundamental en los correos del mundo así como en las naves que surcaban mares y ríos.
Su función en la empresa
Los postes que a lo largo de las vías sostenían el tendido de cables conductores que aún vemos, pero hoy hechos jirones, iban a la par del recorrido del tren a manera de compañero fiel y silencioso, no faltando junto a ellos en distintos tramos, el tradicional nido de hornero que en ocasiones originaba el corte de la transmisión.
En la antigua y demolida estación francesa de Santa Fe, los telegrafistas alrededor de los años
Las órdenes inmediatas de servicio, ya sea comunicando cambio de horario de trenes o tarifas, se daban por este medio. Además, cumplía la función social de retransmitir para el correo, telegramas públicos que provenían de apartados y lejanos pueblos, allí donde ni siquiera había una estafeta postal. Era común entonces recibir a través de una pequeña y recóndita estación ferroviaria telegramas de cumpleaños, fallecimientos, los buenos augurios para las festividades de fin de año o la buena nueva de un nacimiento.
Consagrados profesionales
Así eran las transmisiones telegráficas por ferrocarril, manejadas por verdaderos expertos que hacían sonar el bronce (como vulgarmente se le llamaba al aparato transmisor por ser hecho de este metal). Sus finos oídos transmitían y recibían el mensaje descifrando en el papel aquel golpeteo constante que enviaba rayas y puntos.
Uno de los más destacados en esta profesión fue Juan Gaitán, telegrafista del ex FC Santa Fe, al tener la facultad absoluta de transmitir y recibir telegramas simultáneamente con ambas manos. Don Ernesto Poggio, de dilatada trayectoria ferroviaria, nos dice que en una oportunidad Gaitán fue invitado a viajar a Alemania para hacer una demostración en aquel país en donde los científicos pudieron comprobar la capacidad excepcional de este hombre. Se comentaba allá por 1939 entre sus colegas el interés de estos investigadores por desentrañar y estudiar su cerebro después de muerto.
Los profesionales telegrafistas en general prestigiaron el ferrocarril y, con la inserción de las teletipos, se las ingeniaban para atender este aparato en sincronía con el viejo telégrafo.
En ocasiones, les atacaba el "calambre profesional" como se lo conocía en el léxico del oficio por sufrir una rigidez en el pulso, debido a la constante e ininterrumpida práctica diaria que también afectaba el sistema nervioso. Por esta patología el decreto 2371/73 estableció el retiro de estos operarios a los 55 años de edad y 30 de servicio.
El bronce sonador sacudió los hilos telegráficos de esa comunicación primigenia por más de ciento cincuenta años, único medio que unió los pueblos por entonces. Los mensajes que corrían por los cables a la vera de las vías acompañaron al tren por los llanos, montes y cumbres nevadas hasta su destino final.
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En los estudios de nuestra radio universitaria, en el marco del micro radial “Historias de Pueblos Olvidados”, con invitados espaciales (ver galería de imágenes) hemos tratado este tema por demás interesante que, como dice la nota que antecede este comentario, ha recorrido toda la esfera terrestre, intercomunicando pueblos siendo, además, antecesor del teléfono.
Los señores Salmo Mendoza (cacho) y Felipe Velásquez, ambos de la ciudad de Santa Fe, dieron una cátedra gratuita de sistema Morse en nuestro programa radial, sistema de comunicación que aún, y a pesar de haber desaparecido de las comunicaciones en el presente, sigo siendo tan interesante como misterioso.
Mendoza, aprendiz del sistema de comunicación Morse en la estación ferroviaria del pequeño paraje Iriondo, posibilitó su ingreso al correo central de Santa Fe. Don Felipe, por su parte, fue quien dirigió oficinas claves de comunicación en este mismo Correo central, en el cual, se retiró de su vida laboral.
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GALERIA DE IMAGENES
Las fotos fueron obtenidas en el estudio mayor de LT10, Radio Universidad Nacional del Litoral, de la ciudad de Santa Fe, Argentina. Tema: Antiguo sistema de comunicación denominado "Morse", que en el marco del micro radial "Historias de Pueblos Olvidados", Salmo Mendoza (cacho) y Felipe Velázquez, brindaron una catedra gratuita sobre este interesante y misterioso sistema de comunicación.-
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Agradecimiento a Maria, oyente del centro, que nos envió la nota del presente post, editada en el vespertino local “El Litoral” de 12/05/06.- La nota está firmada por: Andrés Alejandro Andreis, del Museo Ferroviario Regional Santa Fe.
Muy interesante este tema que sin duda fue el antecesor de lo que hoy es la comunicaciòn, entrañables historias de nuestros pueblos. Besos tía Elsa.
ResponderEliminarQué interesante!Realmente precursores de la modernidad. Lo del calambre profesional, toda una curiosidad que no me extraña, ya que estaban "tecleando" todo el tiempo. Muy interesante lo vuestro. Un abrazo.
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